La chica del turno de mañana de las semanas pares de la gasolinera en la que suelo repostar es un cielo de chica. A pesar de la porquería de horarios que tiene.
Ayer fui a por
café ya que me han cerrado los bares.
A la gasolinera.
Si.
Voy por el café,
no por ella.
2 chicos haciendo
cola cuchicheaban sobre ella:
- GORDA Y CON TETAS ES
TRAMPA.
Risas
- BUENO, EN TIEMPOS DE
GUERRA CUALQUIER AGUJERO ES TRINCHERA.
Más Risas.
Ella les atendió
con la mayor de sus sonrisas.
Me preparó mi café
y me fui.
Esa no tiene carne
de donde agarrar. No sé cómo puede estar con él con lo feo que es. Es muy
guapa, pero le faltan tetas. No liga por guapa, liga por fácil. Si no fuese por
la nariz sería guapa.
Le faltan curvas,
es una tabla de planchar. Son frases que todos hemos
oído y son miseria.
No pierdo el
tiempo con estos. Son idiotas. Y un idiota no puede evitar ser idiota. Eso es
un principio básico de la naturaleza universal que lo idiotas desconocen, pero
que está ahí.
Decirle a un
idiota, “idiota, deja de hacer el idiota” y que te haga caso, es como pedir a
un niño, “niño, no sueñes” y pretender que deje de hacerlo.
Es imposible.
Imposible del todo.
A mí me preocupan
más el dolor que sufre una persona que contesta
-ESTOY ACOSTUMBRADO
Precisamente para
protegernos de estos y otros comentarios, en el módulo 14 del Curso PRÁCTICO,
NO TEÓRICO en desarrollo personal te enseño un método de 4 pasos ( 1, 2, 3 y 4)
para frenar esas acusaciones y salir reforzado poniendo límites.
Curso PRÁCTICO, NO
TEÓRICO en desarrollo personal