No hay duda de que con los cambios que se están produciendo en la transición hacia una economía basada en el conocimiento, la ya tradicional fórmula I+D+i se ha convertido en esencial para alcanzar un lugar competente en el mercado.
El otro día, escuché en una de las tantas tertulias que cada día se nos ofertan de los medios, un símil muy acertado bajo mi punto de vista, donde se comparaba la situación del ciudadano de a pié en relación a la crisis y la cruda espera de los familiares en una UCI. Donde van pasando los días, y cada uno de los ciclos de 24 horas, se van haciendo más largos, más desesperantes, más desalentadores… a días los médicos ven esperanzas… y a otros no…
¿Qué nos ha llevado a la UCI? Son muchos los motivos pero no nuevos para la humanidad. Cada vez que se ha tenido una de las famosas gallinas de oro; Se ha ido exprimiendo hasta que las tortillas han dejado de tener valor, en este caso la vivienda, los automóviles… ya pasó años atrás durante la Revolución Industrial donde la tierra dejó de tener valor frente la llegada de la maquinaria. ¿Qué tenía que hacer el dueño de 273 caballos y sus diligencias con la llegada del ferrocarril? ¿O los fabricantes de máquinas de escribir frente a los actuales ordenadores? Pues adaptarse a los cambios. Me extrañaría equivocarme al afirmar que nunca volveremos a vivir como hace pocos años. Mejor o peor, no lo sé, pero diferente seguro.
La vivienda está en crisis, el sector automovilístico está en crisis… sin embargo las empresas que apuestan por la tecnología, la comunicación y el conocimiento están en auge. ¿Por qué? Porque la materia prima ya no es el carbón, el acero ni la tierra, sino el conocimiento. Deberíamos reconocer, apoyar y fomentar la investigación y el desarrollo, ya que, tal y como hemos dicho, la cosa no va a volver a ser como antes, si el paciente se debate entre la recuperación o lo peor, debemos ensayar, probar, experimentar con nuevas formulas, y no seguir conjugando elementos que ya han explotado al experimentar con el.
No me refiero a que las pequeñas y medianas empresas sigan modelos como McDonals, Apple o Zara, pero que deben apostar por la experimentar en su campo y salir del camino fácil, un camino cómodo, un camino que tarde o temprano nos dejará obsoletos. Es hora apostar por el talento, de interactuar con la sociedad, de aprovecharse de una herramienta gratuita y muy poderosa como puede ser la Red de redes. Ha llegado el momento de reinventarse.